En el corazón de Barcelona, donde la historia se entrelaza con el vibrante pulso de la ciudad, se encuentran joyas arquitectónicas que narran un pasado de esplendor. En esta ocasión, nos enorgullece presentar el meticuloso proceso de restauración de unas balconeras con una antigüedad de 120 años, situadas en una finca regia de las emblemáticas Ramblas de Cataluña.
El reto: Preservar la historia sin renunciar a la modernidad
El paso del tiempo había dejado su huella en estas piezas de carpintería y forja, que formaban parte del carácter único del edificio. Nuestro equipo se enfrentó al desafío de devolverles su esplendor original, respetando su esencia y antigüedad, pero aplicando las técnicas y productos más avanzados del mercado para garantizar su durabilidad y resistencia frente a las inclemencias del tiempo.
Un proceso artesanal, paso a paso
Restauración de los herrajes: Los herrajes originales, con más de un siglo de historia, fueron desmontados y tratados con sumo cuidado. Se eliminaron capas de óxido y pintura antigua, revelando la belleza y la robustez del hierro forjado. Tras un minucioso trabajo de limpieza y pulido, se les aplicó un tratamiento protector y una capa de pintura especializada para metales, devolviéndoles su funcionalidad y su lustre original.
Restauración de la madera deteriorada: La madera, castigada por el sol y la humedad, presentaba zonas deterioradas y podridas. Nuestro equipo de expertos en carpintería realizó un trabajo artesanal de injertos y consolidación, utilizando maderas de la misma especie y productos específicos para recuperar la estructura y la solidez de cada pieza. Cada grieta y cada imperfección fue tratada con precisión, respetando la pátina del tiempo que hace única cada balconera.
Pintura y acabado final: Una vez restauradas la madera y los herrajes, se procedió al paso final: la aplicación de los mejores productos actuales. Se seleccionaron pinturas de alta calidad, formuladas para resistir los rayos UV, la humedad y la contaminación, garantizando un acabado impecable y duradero. El color elegido se ajustó a la paleta original del edificio, devolviendo a las balconeras su aspecto majestuoso y elegante.
El resultado es un trabajo que trasciende la simple restauración. Es un homenaje a la historia de Barcelona, una muestra de cómo la artesanía y la innovación pueden ir de la mano para preservar nuestro patrimonio. Ahora, estas balconeras centenarias vuelven a abrirse a la vibrante vida de Las Ramblas, listas para seguir siendo testigos del paso del tiempo por 120 años más.